Influencia tecnológica en los jóvenes, ¿Uso saludable o riesgo social?
Descarregar PdfLa tecnología está por todas partes, en nuestras comunicaciones, a la hora de informarnos, en el entretenimiento, en el trabajo y la educación, incluso ahora mismo la estás utilizando. La tecnología ha tomado un papel preponderante en nuestra sociedad y ya no es posible ver la ciencia y la tecnología como entes aislados, ambas van aparejadas a las relaciones sociales.
Uno de los grandes temas de preocupación en la sociedad actual es la influencia de la tecnología en los jóvenes y las consecuencias a las que les puede llevar. Pero, ¿Qué consideramos como influencia? Influir, es un concepto un tanto general, sin embargo, dicho estado se produce cuando la voluntad humana actúa de un modo distinto a su propia autodeterminación, llevando al ser humano a tomar decisiones condicionadas.
En las últimas décadas, fuertes mutaciones económico-sociales han afectado en la modificación de distintos actores sociales. La juventud ha sido objeto de esta influencia y un aspecto central de esta transformación es su relación con la tecnología. Los jóvenes de las nuevas generaciones crecieron con una tecnología que las ha definido por su familiaridad y confianza en las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). Los jóvenes que han crecido en un mundo digital y esperan utilizar estas herramientas para sus entornos avanzados de aprendizaje, como parte de su vida cotidiana, sus pasatiempos y su forma de interacción.
Algunos autores señalan que el uso de las nuevas tecnologías está creando una brecha generacional (brecha digital) entre los jóvenes, con la elevada presencia de las TIC en su vida y la precocidad con que se familiarizan con ellas, en comparación con los adultos. Estos se han acercado a Internet desde otra posición, buscando la utilidad para actos concretos (transacciones bancarias, información, compras...), los jóvenes se han acercado a la tecnología de forma más global y la incorporan con naturalidad a sus vidas.
Las formas de comunicación entre los jóvenes han cambiado, obteniendo un importante peso en ello las redes sociales y todo acceso a la información se mueve desde Internet; des del uso de videojuegos, reproducción de música, cámaras, mensajería instantánea y multimedia, lo que les ha dado la posibilidad de desarrollar habilidades en torno al procesamiento de información sin distinción de edad, sexo o nivel social.
El escritor norteamericano Marc Prensky popularizó el término “nativos digitales” para determinar a los estudiantes de la actualidad, las primeras generaciones que han crecido con esta nueva tecnología. Han pasado toda su vida rodeados de, y usando ordenadores, lo que los hace pensar y procesar la información de manera diferente a los “inmigrantes digitales”, refiriéndose a todos aquellos que sin nacer en el mundo digital, en algún momento han adoptado muchos o la mayoría de los aspectos de la nueva tecnología.
Por otro lado, los académicos David S. White y Alison Le Cornu, recomiendan no categorizar a los usuarios como nativos o inmigrantes digitales, a partir de las tecnologías utilizadas sino a partir de la forma de su utilización. Para ello introducen el concepto de “residente” como la persona que vive un porcentaje de su vida en línea, y “visitante” como el que utiliza la web de manera organizada como una herramienta cuando es necesario.
Hace unos años, solamente unas pocas personas tenían la tecnología a su alcance, no obstante ahora es casi imposible encontrar a una persona que no haya sido influenciada por las nuevas tecnologías e Internet, incorporándolos en su vida cotidiana, en sus comunicaciones y en sus vínculos. Sin duda, el uso de la tecnología impacta la vida de todos, pero especialmente la de los adolescentes y jóvenes quienes crecieron y siguen creciendo con ella.
El desarrollo tecnológico lo invade todo en el mundo contemporáneo, desde lo económico y lo político hasta lo psicosocial, la vida íntima de las personas, los patrones de consumo, la reproducción humana, la extensión de la vida y sus límites con la muerte. Tal omnipresencia es un resultado histórico tras el cual se revelan varios procesos sociales relevantes que explican el estatuto social actual de la ciencia y la tecnología.
La evolución histórica ha marcado el camino
Hace más de 5.000 años, en la prehistoria, los primeros hombres eran nómadas y sus avances tecnológicos estaban orientados a su supervivencia. La primera revolución tecnológica se produjo hace unos 10.000 años, el Neolítico, cuando los seres humanos pasaron de ser nómadas a sedentarios desarrollando las primeras técnicas agrícolas.
En la Edad Antigua, el desarrollo tecnológico decae, los historiadores lo atribuyen al esclavismo. Los esclavos son mano de obra barata por lo que no hay que producir innovaciones que faciliten las tareas manuales y repetitivas.
En la Edad Media aparecen muchos inventos. Tres innovaciones tecnológicas destacan sobre las demás: el papel, la imprenta y la pólvora. Aparte de esto, en Europa a partir del siglo XI, se produce un resurgimiento intelectual al crearse las universidades y las escuelas catedralicias. En la Edad Moderna, con el crecimiento de las ciudades, se produjo un cambio en el sistema económico con los primeros indicios del sistema capitalista y aparecen muchos inventos. Tres innovaciones tecnológicas destacan sobre las demás: la brújula, la cartografía y las armas de fuego.
A finales del siglo XVIII, surge la primera Revolución Industrial con el invento de la máquina de vapor. Por primera vez, la humanidad podía realizar tareas agrícolas o industriales prescindiendo del esfuerzo de las personas o animales. En esta época aparecen muchos inventos e innovaciones tecnológicas como el teléfono, la bombilla, la siderurgia, el pararrayos, el telégrafo, la máquina de coser y los vehículos a motor.
En el siglo XX y hasta la actualidad, se produce un desarrollo tecnológico extraordinario. Aparecen los primeros aviones, la electricidad llega a las ciudades y en las fábricas, nace la electrónica que propicia el surgimiento de los primeros ordenadores personales hacia 1980, nace y se desarrolla la tecnología nuclear, la medicina experimenta grandes avances que prolongan la calidad de vida y la edad del ser humano, nace y se desarrolla la tecnología espacial que coloca satélites artificiales en órbita, el hombre llega a la luna y se lanzan sondas interplanetarias, se desarrollan las grandes redes de comunicación telefónicas fijas y móviles, aparece Internet y el correo electrónico y el World Wide Web. En esta época aparecen muchos inventos e innovaciones tecnológicas como la radio, la televisión, el teléfono móvil, las centrales nucleares, los robots, los CD y DVD, el cine, los microprocesadores, los ordenadores personales, los electrodomésticos...
SE SUELE ASOCIAR TECNOLOGÍA CON MODERNIDAD, PERO ES UNA COSA TAN VIEJA COMO LA HUMANIDAD
Estas innovaciones parecen surgir a un ritmo muy alto y se suele asociar tecnología con modernidad, pero realmente la actividad tecnológica, la curiosidad para modificar nuestro entorno para mejorar nuestras condiciones de vida, es algo tan viejo como la humanidad. Durante la historia de la humanidad, la tecnología ha acompañado al ser humano en su camino hacia el progreso, modelando las estructuras sociales y las corrientes de pensamiento. Hasta el día de hoy, la especie humana se ha mantenido en la cúspide de la pirámide y ha utilizado la tecnología como herramienta para la consecución de sus metas, siendo capaces de predecir el futuro inmediato y actuar en consecuencia para guiarlo en su provecho.
Sin embargo, el momento actual plantea un nuevo enfoque del avance tecnológico que parece desembocar en lo que los expertos denominan la Singularidad Tecnológica. A partir de ese momento, la predicción futura se hace inviable y se vislumbra el peligro de perder el control. La tecnología no sólo está cambiando la manera en que nos comunicamos y relacionamos, influenciando aquello qué pensamos y opinamos, dirigiéndonos en nuestras decisiones y acciones, sino que nos está desplazando y obligando a evolucionar hacia una nueva especie. Por lo tanto, ¿cómo está afectando esta tecnología en los jóvenes y en el futuro de la civilización?
Relevancia en la educación
Está claro que, a medida que pasan los años, la tecnología va cobrando más importancia en la educación constante de los más pequeños.
Al principio, esta innovación se consideró como una única ventaja. Los expertos afirmaban que el uso de la tecnología en el sistema educativo de la sociedad sería un pilar fundamental para potenciar mucho el aprendizaje de los más jóvenes. Aún así, con los años se ha demostrado que la influencia de las nuevas técnicas puede llegar a ser nocivo en demasía, acostumbrando a las personas a realizar ciertos trabajos con una facilidad absurda, provocando así una relajación absoluta en las actitudes de los niños. Por lo tanto, se podría afirmar que el uso exagerado de la tecnología en la educación de los jóvenes puede resultar un gran error.
Otro ámbito que se debe analizar, es la influencia de los videojuegos en los niños y niñas que crecen actualmente. Además de influir en su vida estudiantil como posible distracción, provocando así un rendimiento bajo, se podría afirmar que las conductas y actitudes de los más jóvenes se mueven acorde con lo que ellos ven en la pantalla del videojuego. En este caso, se considera popularmente irrisorio el efecto restringido de las prohibiciones por edad. Es decir, si un videojuego se postula como uno para individuos de más de 18 años, popularmente se considera que es excesivo, y que una persona de menos edad también es capaz de pasar el rato con ese contenido. Por lo tanto, se llega a la segunda conclusión del apartado. Los videojuegos tienen una influencia, generalmente negativa, en la sociedad más joven.
Por otro lado, está asegurado que el uso de recursos multimedia incentiva de forma potencial el aprendizaje de los grupos con niños de menos edad. Es una alternativa que a la mayoría de ellos se les hace más llevadera, y, en ciertas ocasiones tienen hasta ánimo y ganas de aprender con la tecnología de por medio. Evidentemente entramos en el mismo debate que en párrafo anterior, ya que un uso excesivo de los recursos multimedia provocaría un efecto adverso en el sistema educativo del infante.
En resumidas cuentas el mundo de la educación es el más importante para formar a las personas en nuestra sociedad, por lo tanto, se podría definir a los recursos multimedia y a la tecnología como un gran avance en la carrera formativa de los más pequeños. No obstante, también está claro que el mejor indicador para demostrar que se puede mezclar la educación con la tecnología es el uso moderado de este último, también limitando la adicción típica a los videojuegos, un ámbito que puede llegar a ser tremendamente nocivo para el niño o niña.
La tecnología aliada del aislamiento social
Es evidente que las tecnologías se han convertido en un factor muy determinante en la población adolescente. Cada vez podemos ver como son una parte más de nuestra vida cotidiana, en la que los jóvenes cada vez abusan más de las innovaciones tecnológicas provocando en ellos una serie de factores de riesgo muy importantes.
Los adolescentes son el conjunto más endeble de la población cuando nos referimos a las tecnologías, ya que están programados por la necesidad de poseer una mayor privacidad o con el mero hecho de obligarse a sí mismos a socializar con el resto de personas.
Una de las más señaladas es la percepción de inmunidad, la gran mayoría creen que son libres de hacer lo que les dé la gana en las redes. Todo ello provoca una ineludible relación con problemas sociales por parte de los jóvenes. Las nuevas tecnologías, destacando por encima de todas Internet, han provocado un “boom” a gran escala en casi la totalidad del mundo y los adolescentes han sido los más damnificados en todo este proceso.
EL PASO DEL USO AL ABUSO ES DIFERENCIAL
En general las nuevas tecnologías ofrecen un sinfín de ventajas, pero hay una pequeña y estrecha línea que separa a la tecnología de ser una herramienta útil, a ser una herramienta muy peligrosa que puede generar graves problemas y poner en serios riesgos a la gran mayoría de jóvenes. Los contras superan en exceso a todo lo demás, llegando a oscurecer las posibles ventajas que te pueden aportar. Los adolescentes cada vez abusan más de las tecnologías, llegando en muchos casos a una adicción que sobrepasa los límites establecidos.
Hay ejemplos muy claros, como el abandono total de las actividades imprescindibles para el desarrollo de los más jóvenes (el ejercicio físico, la lectura) o el descenso en el rendimiento académico en los centros educativos.
El más notorio y que cada vez se está volviendo más incontrolable con el paso del tiempo es el aislamiento social. De hecho, se ha convertido en la segunda mayor crisis de la salud pública, aunque bien es cierto que la causa determinante ha sido la pandemia sufrida por culpa de la Covid-19.
El mal uso del Internet catapulta este factor a niveles infinitos, los cuales pueden llegar a deteriorar en exceso las relaciones sociales de los adolescentes, sobre todo las relaciones más íntimas y afines.
El aislamiento social es una posición en la que la persona se separa completamente de su círculo más cercano. Suele ser circunstancias en las que el joven necesita de cualquier tipo de relación de la cual carece. Esto puede variar según las propiedades de cada persona, como son el carácter y la personalidad.
Además, este aislamiento social puede derivar en muchos otros efectos secundarios en las personas, como pueden ser los problemas para distinguir las realidades, se puede llegar a imaginar y construir un mundo idílico, ajeno al real y provocar perturbaciones en ellos. Aunque el factor más definitivo que suele provocar el aislamiento social, o que casi siempre suele aparecer como el efecto principal, es el de la baja autoestima.
Para tener una perspectiva más cercana en este ámbito, Manuela Pifarré, profesora en psicología evolutiva y de la educación en la Universitat de Lleida, especializada en el aprendizaje del alumnado y directora de Cognicio & Context i les Tecnlogies de la informació i la comunicació (COnTic), nos da sus impresiones sobre la influencia de la tecnología en los jóvenes:
Entrevista con Manuela Pifarré
Han venido para quedarse
Las tecnologías han sufrido una constante evolución y no van a desaparecer, cada vez van a ser un aparato más imprescindible en las vidas cotidianas de las sociedades, como ya se sabe, más del 93% de las personas mayores de edad confirman que las tecnologías han cambiado sus ritmos de vida y sus percepciones de la misma.
Por ello una solución más que necesaria es la actuación de los padres para minimizar estas posibles. Los padres tienen un papel determinante para prevenir este tipo de problemas en relación con las nuevas tecnologías, ya no por el hecho de evitar la forja de un comportamiento de adicción hacia ellas, sino para evitar cualquier tipo de conducta que se considere que está fuera de lo establecido.
Todo pasa por una comunicación fluida en la que se den a los hijos opiniones provechosas para rehuir efectos adversos desde un inicio, hacerles entender a qué serie de riesgos son capaces de verse involucrados, pero no mediante la implantación de obligaciones, sino mediante el diálogo y la compresión.
La población en general, padres, adolescentes y educadores deben trabajar un proceso psicoeducativo para conocer el fenómeno de las nuevas tecnologías, su uso y riesgos potenciales para la población infanto-juvenil. De esta forma se podrá fomentar el control parental en el uso de la tecnología de los jóvenes, por ejemplo en la compra y adquisición de videojuegos.
Especialistas en psicología recomiendan determinar un espacio de uso compartido entre educadores y jóvenes, con el fin de prevenir futuros problemas relacionados con la utilización de estas tecnologías y promocionar hábitos saludables para que el menor se relacione con ellas de forma adecuada.
En este sentido se indica que una de las soluciones más fiables es trabajar con las y los adolescentes y sus familias en prácticas de estilos de vida saludables, en los cuales se mantenga un sano equilibrio entre las horas de sueño, alimentación, actividad física, estudio y uso de las tecnologías de manera complementaria y no única.
Una buena educación se basa en la compenetración entre las nuevas tecnologías y la educación tradicional. Muchos sectores de la sociedad consideran que el sistema educativo implementado necesita un cambio radical, incentivado por la desmotivación y constante cansancio de los más pequeños durante el curso.
LA TECNOLOGÍA NUNCA PUEDE SER UN ENEMIGO
Por lo tanto, llegaríamos a la conclusión, de que un sistema híbrido encajaría a la perfección con la demanda constante de los sectores educativos de la sociedad. Mantener un uso equilibrado entre, la enseñanza en las aulas con el método tradicional, y el aprendizaje en una zona habilitada para seguir educando pero esta vez, con recursos multimedia. Está demostrado que estos últimos estimulan las ganas de aprender del alumno o alumna. También se produce una sensación general más participativa, es decir, las clases en las que se pueda utilizar la tecnología suelen ser más participativas y fomentan la coordinación entre alumnos, que a veces ni tienen porqué conocerse. Eso sí, la actualización de las formas de educar acercándose a la tecnología también requiere un esfuerzo especial para el personal docente, que también debe mostrar interés por conocer este ámbito. El profesorado tiene un papel clave en este sentido, ya que de ellos depende la adaptación de la tecnología con la educación.
Además, otra gran ventaja añadida sería la logística. Tradicionalmente un alumno o alumna ha llevado la clásica mochila con los libros, acarreando mucho peso. Con la inmersión de los recursos multimedia y los libros digitales este problema ha cobrado una solución, aunque parezca ridícula, práctica.
Otra solución que proponemos nosotros es la de incentivar en los jóvenes otras actividades para que no se vuelvan dependientes de las nuevas tecnologías. Cada vez son menos los espacios habilitados para salir a jugar y, por ejemplo, en muchos parques está prohibido jugar a la pelota. Los niños se aburren y sacan el teléfono móvil esperando a que las agujas del reloj vayan corriendo. Además, cada día seguirán siendo más los infantes expuestos a las tecnologías, incluso recién nacidos. Eso ya es decisión de los progenitores comprometer a sus hijos o no, pero se debería establecer su uso a partir de ciertas edades.
Está claro que una gran solución sería encontrar el equilibrio con las nuevas tecnologías en la educación. Han venido para quedarse y la implementación de ellas es fundamental para el futuro de nuestra sociedad, además de haber sido un revulsivo para un sistema caduco que ya no ilusionaba a nadie.